Sobrenatural

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Este sitio sin fines de lucro, esta dedicado a la transferencia de información, sobre acontecimientos sucedidos en el pueblo de naica, tratar de dar explicación a los acontecimientos. También algunas historias que no suceden obviamente, algo de ficción como las principales entradas sobre un apocalipsis zombie.
Disfruten la estancia en éste, su sitio.

sábado, 6 de abril de 2013

Día 12, diario de chato.




Día 12.

Al día de hoy pude comprender porque se acumulan en el centro de Naica, aún hay más sobrevivientes, y los esperan devorar. Quiero llegar hasta donde están, pero creo será una misión imposible. Prefiero arriesgar mi vida a pasar otro día platicando solo conmigo mismo. Estoy tan loco que me empiezo a desesperar, me siento como Golum del señor de los anillos, es algo tonto pero me gusta tener parecidos con algunos libros que he leído, películas que haya visto y a veces hasta canciones. A veces creo que podría encontrar a un Enrico, un zombie que me pudiera hablar, alguien que tenga cierto control sobre la enfermedad, así como en el libro Diario de un zombie, pero por más que inicio saludándolos cuando los veo, solo me responden con un gruñido y una mirada llena de rabia, ¿Pero qué les he hecho para que me vean así? Es acaso que tienen celos de que aun puedo tener control sobre mi cuerpo, no lo sé y aun no me ha llegado a contestar ninguno, si algún día sucede créanme que se los preguntare.

El noveno día volvieron los militares, solo que esta vez fueron desde la entrada del lado de conchos, escuche los disparos y fue una cantidad exagerada, y escuche algo aún más raro; unas campanadas. No creo que estos seres puedan tocar la campana, lo que me indica que aún hay sobrevivientes, así que decidí ir a observar desde una distancia segura, procurando no llamar la atención, así que me fui en la bicicleta, con los binoculares al cuello, una pequeña mochila con 8 latas alimento, un montón de estacas, mis dos machetes de la suerte y el bate.

Baje un par de cuadras, y fui por el lado de la sala de velación, dado que ahí hay una bodega para las pacas de alfalfa de alimentación para las vacas, y ahí puedo subir para observar, subiendo primero algún tractor puede ser posible que tenga buen ángulo de visión y sí no es así, puedo brincar al techo de la bodega. Y así fue como le hice, llegando abrí las rejas que estaban cerradas, había un par de cadáveres dentro, pero nada de qué preocuparme, si quisieran morderme se hubieran levantado al primer movimiento que vieran. Olvide mencionar que llegue muy agitado, viaje rápido pero silencioso, para no atraer muchos, llegaron 4 caníbales a la reja, pero me encargue de ellos luego. Fueron un par de campanadas las que dieron, pero ellos son la razón por la cual se acumulan en el centro, sin que estuvieran ellos ahí creo me hubieran devorado hace tiempo, pues habría más esparcidos por todos lados, o no podría salir de mi casa. Entonces debo de dar un tipo de agradecimiento a que me hagan pasar inadvertido, al menos para la mayoría.

De aquí si pude observar a los militares, se quedó un camión atrás, creo se retiraron porque fueron bastantes las bajas. Si solo pudiera llegar a él podría contar con armas de fuego, pero estas los atraen más. Solo quisiera alguna en caso de emergencia, por el momento estoy más que bien con mis herramientas que cuento. Los militares corrieron como si sus amos los persiguieran para azotarlos dijo una vez Legolas en el señor de los anillos. Las campanadas han de haber sido para llamar la atención de los militares, si antes no habían sonado fue porque estaban bien, entonces supongo hay algo mal. Recuerdo haber oído mencionar a mi madre que la iglesia tiene un patio, pegado al patio del salón para fiestas y eventos llamado Reforma, de la familia Chavez, buenos amigos. 

Si llego hasta él y puedo abrir la cadena, podría pasar por el salón, llegar al patio y brincar a barda para llegar a los terrenos de la iglesia, ver lo que sucede, ver quien está vivo y tratar de ayudar, mantener al menos una conversación sana que no termine con mis pensamientos en salir corriendo de Naica, si puedo ayudar lo haré. Ese noveno día ya no pude hacer nada, pues se me consumió el día observando como la ola de desgraciados topaban contra la roca solida de la iglesia, no me sorprende la verdad que estén dentro sobrevivientes, la barda del lugar mide al menos un metro de ancho y metro y medio de alto, con rejas bien dentro del concreto, es un lugar que aguantaría incluso choques de autos, ¿qué podría hacer contra ella un montón de cadáveres caminantes? La verdad no creo que mucho, la insistencia de ellos ha de ser grande de su parte, pero no sé qué medidas tomaran, ni cual sea la cantidad de personas que se encuentren dentro, o su ocupación o pensamiento. 

Sacando un poco de tema, siempre me ha gustado imaginar que piensan los demás, es algo que se me hace interesante, tratar de comprender a la gente sin tener idea concreta de lo que piensen.
Terminando de observar y ya habiéndose consumido todo mi día, baje del techo al tractor, y baje de ahí con cuidado de no brincar y lastimarme un pie, supongo seria de muy mala suerte. Saque unas estacas de la mochila, a ese momento se reunían 6 ilusos queriendo devorarme en la reja, colocaba la estaca en su frente o su ojo y la hundía con el bate. Así con cada uno, abrí la reja, quite las estacas, las enrede en una playera sucia que traía también dentro de la mochila, guarde y subí a mi bicicleta, me retire a casa, por el mismo camino, y derramando cloro por mis pasos, para evitar que me sigan por el olor.

El décimo día solo me dedique a hacer estacas, fui a la cuadra de a lado, por un montón de madera, saque un arco y su segueta de una de las cajas de herramientas que encontré en los patios de mis vecinos, una navaja para hacer las puntas y me puse a trabajar. Hice 96 estacas, claro que hay una cantidad exagerada de infectados frente y en los alrededores del lugar, pero de algo servirán, afile los cuchillos de cocina al momento cuento con  14, con buena punta, tome algunas varillas de construcción de la cuadra de enseguida, para hacerles picos a los lados; hacer unos mondadientes gigantes y de metal, más de medio metro de largo, algo que poder clavar en el ojo humano y atravesar hasta el cerebro desde una distancia segura. 

Prepare un buen arsenal ese día, hice alrededor de 5 mochilas de puro equipo, encontré 2 tanques de gas de cocina de alrededor de 10 kilogramos en la cuadra 13 y uno más que estaba en casa de mi hermana, recordaba haber ido a llenarlo varias veces, y por el peso que tienen puedo suponer tienen entre 4 y 8 kilos de gas cada uno, solo que no puedo encontrar forma de llevar tanto equipo en un viaje, supongo que lo hare por días, eso aún está en planes porque quiero ir en la bicicleta y cargar una pildorita con buen peso ahí es difícil, desequilibra y te hace ir lento, también encontré más envases de caguamas en las cuadras vecinas, eliminando caminantes infectados, un total de 16 ese día, fue un día agotador, pero quiero lo antes posible ir con esas personas, mantener una conversación, estoy algo nervioso, no sé cómo llegar a saludar, tal vez pregunte por el clima o algo así involuntariamente, pienso que mi estupidez actuara más rápido que mis dudas y razonamiento, pensar que eso me han hecho solo 12 días de soledad.

Este onceavo día me levante muy tarde, pero ¿qué es mejor que levantarse sin el frustrante sonido ensordecedor del silencio y un rayo del sol en la frente?
Hoy después de 2 días que no me había aseado, lo hice, gaste un poco de agua de garrafones que tengo, aun me quedan 3, y un baño refresca muy bien en estos tiempos de calor, aunque afuera apeste a rayos, principalmente a muerte, yo ese día olía a mi desodorante, claro es tan fuerte que se mete en otros comerciales, ese vídeo de old spice en youtube me hizo reír mucho, que cuando me lo estaba poniendo pensaba que llegaría el sujeto del comercial y entraría hecho zombie por la ventana a decir que incluso así podía meterse en la historia de los demás, hilarante. 

Para ese momento ya habían pasado las 2 de la tarde, ese día no lo considere perdido, pues me encontraba adolorido del día anterior, así que me puse a meditar y escuchar Naica, escuchar cómo se desmoronaba, y pensar que tal vez llegara a encontrar cadáveres o mi muerte en la casa de Dios.
Hoy me levante muy temprano, pues hoy estoy decidido a encontrar alimentos, para mi nuevo o nuevos amigos, estoy decidido a llegar hasta ahí, si es posible quedarme, aunque creo no me sentiría bien fuera de mi hogar, mi pequeña guarida. 

Repartí utensilios importantes y provisiones en mis mochilas de escape y salí de compras, recordé haber visto una carretilla en donde se encontraba la ampliación de la casa de mi vecino, donde encontré la madera, las palas y el pico, así que fui por ella y me la lleve a la tienda donde libre de esa sucia enfermedad a la niña, lleve otros tres garrafones de agua a mi casa, y demasiado mandado, principalmente las latas que no me había llevado y galletas, botellas individuales de agua.
En ese viaje no me encontré con ninguna sorpresa, a menos de 100 metros esta la tienda grande donde a los primeros días abrieron y devoraron gente mis vecinos enfermos. Puede que quedara algo, me dije y fui a asomarme, dentro estaban dos señoras un poco pasadas de peso convertidas, la verdad las recuerdo solo de vista pero sé que no vivían muy lejos de aquí, tome mi bate y deje inconsciente a la primera, tome el hacha y destroce la cabeza de la segunda, eche un vistazo fuera, para asegurarme de no atraer a muchos, pues me encuentro en un lugar cerrado, si fuera un lugar abierto tendría a donde huir, pero ahí no, no divise ninguno cerca o potencialmente peligroso, me volví a buscar entre un montón de basura, los restos de una batalla perdida, conseguí llenar la carrucha de mezquites, azúcar, sal, café, leche en polvo, cereales, latas de atún, y vegetales, frutas en almíbar, un montón de botellas de agua de litro y litro con un medio, incluso conseguí más botellas de cloro, las cuales me harían falta luego.
Fueron en total dos viajes con la carretilla al lugar, divisaba unos a lo lejos, pero aceleraba un poco el paso y en el callejón frente a mi casa me encargaba de ellos, tres en un viaje y dos en el otro, entre ellos dos hermanos vecinos míos, de la cuadra 17, los conocía desde niños, pero hoy para mí solo eran monstruos queriéndome arrancar un pedazo de carne para que me uniera a ellos. Llene 3 maletas de víveres, y como siempre el problema será como llevar todo y mi bicicleta al lugar, teniendo en cuenta que hay una cantidad 
muy grande de infectados en mi camino. Ese será un problema ya de mañana, por hoy me digno a dormir, en ese mundo de sueños es donde aún sigo viendo a las personas que importan, donde sigo riendo por todo y jugando como siempre, a veces quisiera dormirme y que el sueño fuera la realidad, no volver a esta pesadilla. 

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